Hace un tiempo no soñaba nunca y ahora no puedo parar. En el sueño de anoche parece que yo sabía bailar flamenco. Cuando me pedían que mostrara un paso, no me salía. Pero al rato empezaba a hacer unas piruetas buenísimas que nada tenían que ver con el flamenco salvo por mis zapatos y mi vestido con lunares. Hacía unos pasitos en círculo pateando las pareades y después pateaba el aire y de pronto estaba dando vueltas con los pies muy lejos del piso, vueltas y vueltas en el aire. Era casi volar. Supongo que sería como alcanzar el nivel de vuelo que tiene un pingüino o una gallina.
Cuando me desperté me acordé de este dibujo con bailaora que había hecho hace unos meses.
En el dibujo se ve claramente la parte en que la bailaora fastidiosa está intentando hacer un paso pero se siente presionada y no le sale.
¿Esto quiere decir que con mis dibujos adivino lo que voy a soñar?
¿Y con mis sueños adivinaré algo?
Veremos si el flamenco entra en la escena de la vida real, y en ese caso estaremos listos para hablar de dos bellas capas de adivinación. Si no, seré una adivina que tiene un poder limitado, como el nivel de vuelo de un pingüino o una gallina. Y no podré hacer negocio.